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Lenguaje Incluyente y No Sexista
6 de mayo de 2024
De acuerdo a la Comisión Nacional de
Derechos Humanos, el lenguaje incluyente y no sexista construye puentes hacia
un futuro donde todas las voces importan y todas las personas son valoradas
bajo la igualdad.
El lenguaje no es solo una herramienta de
comunicación, sino también un reflejo y un agente de cambio en la manera en que
concebimos el mundo y a nosotros mismos dentro de él, promoviendo la
visibilidad y el respeto hacia todas las personas, independientemente de su
género.
El lenguaje incluyente y no sexista
reconoce la diversidad de identidades y experiencias de género, y busca evitar
la perpetuación de estereotipos y roles de género tradicionales a través del
lenguaje. En una sociedad donde la igualdad de género es un objetivo
prioritario, el lenguaje desempeña un papel crucial en la construcción de una
cultura más justa e inclusiva.
Se trata de utilizar términos y expresiones
que no excluyan ni discriminen a personas por su género, y que reflejen la
diversidad de identidades existentes. Esto implica, por ejemplo, evitar el uso
del masculino genérico, y optar por alternativas como el lenguaje neutro
(habitantes, gente, personas). Asimismo, implica evitar el uso de términos que
refuercen estereotipos de género, como palabras que asocien ciertas
características o roles específicos a hombres o mujeres.
La actualidad presenta desafíos y
oportunidades únicas en cuanto al uso del lenguaje. Por un lado, las redes
sociales y los medios de comunicación digital han amplificado la difusión de
mensajes, lo que requiere una mayor responsabilidad en el uso de un lenguaje que
refleje la diversidad y promueva la inclusión. Por otro lado, la creciente
conciencia sobre la importancia del respeto a la diversidad de género ha
generado un impulso renovado hacia prácticas lingüísticas más inclusivas.
Su uso contribuye a la construcción de
entornos más inclusivos y equitativos en diversos ámbitos de la sociedad, como
la educación, el trabajo y los medios de comunicación. En el entorno laboral,
el lenguaje incluyente puede contribuir a reducir la brecha de género y
promover la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.
Al utilizarlo, contribuimos a la creación de entornos donde las personas puedan desarrollarse plenamente, libres de prejuicios y estereotipos. Es responsabilidad de todos y todas adoptar este enfoque lingüístico en nuestra comunicación cotidiana, como parte de un compromiso más amplio con la construcción de un mundo más inclusivo.